Páginas

septiembre 28, 2009

Memorias olvidadas de una ciudad que nunca existió

Advertencia: Post larguisimo

.
Llegue a su casa un Sábado, eran casi las 11 de la mañana, no hacia mucho calor como era costumbre, era un día nublado, inmediatamente llegue me recibieron amablemente, invitándome amablemente a pasar, al tiempo que me ofrecían algo de tomar, pude observar la casa, parecía que había entrado a un lugar donde el tiempo se detuvo, las paredes curtidas por los años, muchos años, vigas de madera en el techo, se veían tan resistentes como si tuvieran dos días de haber sido colocadas, pero no, llevaban ahí muchos años, los mismos que las paredes, luego, me dirigieron al patio trasero y ahí estaba el, sentado en una mecedora, su rostro curtido al sol durante muchos años, una expresión un tanto ruda pero con una mirada lejana, gris y algo solitaria, se incorporo al saludarnos y me ofreció sentarme, le pregunte como se encontraba, le pregunte del clima y de otras cosas, respondía con la sabiduría que dan los años, con esa paciencia y amabilidad que da la vida, parecía que nos conociéramos de siempre, sin embargo, yo había venido a preguntarle, a que me contara algunas cosas, que, quizás a nadie le había dicho, hablando de todo, al fin le pregunte lo que quería saber, que me contara de las grandes inundaciones de antaño de la ciudad, al momento, vi que su rostro cambio, pensaba, hizo un gesto y con su ritmo lento, sin mirarme empezó a contar, no lo interrumpí, solo deje que hablara:

- Mire usted joven, antes no les llamábamos inundaciones, nosotros les decíamos crecientes, y era de cada año, todos estábamos acostumbrados a eso, por que, desde que tengo uso de razón, en los tiempos de lluvia el río se desbordaba y todo esta parte de la orilla hasta la loma de las 3 cruces quedaba llena de agua, esa era la temporada de las crecientes, ya sabíamos cuanto duraba, las fechas y todo, nos preparábamos para pasarla en casa, no andábamos en albergues o huyendo del agua, ya estábamos acostumbrados a convivir con el agua, vea usted, ¿se dio cuenta que esta su casa esta mas alta que todas las demás?

- Si, señor, ¿son como 6 escalones para subir, no?

- Bueno, es que antes así eran todas, eran altas, igual tenían sus escalones ¿por qué? Eso era para que el agua no se metiera a las casas y mojara todo, mire usted, no está pa' saberlo, pero esta casa la construimos entre mi papacito que en paz descanse, unos tíos y yo, que tenia como 15-16 años, la hicimos desde sus cimientos y hasta las tejas, es que antes no teníamos casa de material antes era de madera, pero con tanta creciente se nos fue pudriendo, entonces mi papacito reunió su dinero y un día nos juntamos todos y empezamos a construirla, todos los días y semanas hasta que la terminamos, entre todos nos ayudamos, no contratamos albañiles ni ingenieros, ni nada de eso, nosotros con nuestras propias manos la hicimos y mire – Dice, mientras golpea la pared a su lado- aun sigue en pie con todas sus vigas que le pusimos en ese entonces, no le hemos cambiado nada . . . y fíjese, nadie cobro nada, nomás mi amacita nos daba comida y bebida y seguíamos trabajando, luego cuando acabamos le hablamos al señor cura que nos la bendijera y si, vino el curita y la roció con agua bendita y le hizo su oración y todo eso, ya luego matamos un marrano pa celebrar, hicimos una fiesta, por que así se acostumbraba antes, en toda esta calle cada vez que se hacia una casa nueva o se le construía otro cuarto a una, era igual, el señor cura la bendecía y luego nos pasábamos a la fiesta, comida y bebida, también había alcohol pa los que le gustaba, pero como era algo de una bendición, pues casi no había borrachos, mire usted que esa tradición se fue perdiendo poco a poco ya ahorita no hay nada de eso, ahora todos construyen y construyen y no se acuerdan de agradecer a nuestro señor por que les permitió terminarla, ve, por eso ahora hay muchos accidentes en la casa y todo eso que antes no se veía mucho . . . por eso, le decía, esta su casa es alta, así eran todas las de esta área, pero luego, cuando los señores mas viejos murieron, los hijos y los nietos, tumbaron las viejas y empezaron a construir nuevas y las hicieron a ras de calle, por la flojera de no subir escalones, pero es que así nos protegíamos antes, mire usted ahí el agua llegaba hasta el cuarto escalón de la subida y todavía quedaban dos libres, fíjese, que nunca desde que construimos esta casa el agua entro, siempre llegaba hasta ahí donde le digo, por eso es que nos quedamos adentro de la casa, siempre, esperando nomás que el agua bajara pa seguir haciendo lo de nosotros, y no nos preocupábamos de la comida, por que siempre sabíamos la fecha de las crecientes y nos surtíamos bien de todo, maíz, arroz, frijoles y así, pasábamos varios días, como si nada, eso si, teníamos prohibido salir a mojarnos en el agua de la calle, por que era malo, decía mi papacito que podíamos molestar al espíritu del agua y nos podía castigar creciendo mas y ahí si entraría a la casa, por eso nomás nos asomábamos a la puerta y ya, luego nos metíamos para dormir y al día siguiente lo mismo . . . pero ya luego empezó a modernizarse toda la ciudad y todo destruyeron, antes, mire usted, el agua entraba aquí por donde esta el “Puente del pescador” ahí donde esta la base del puente, antes era la entrada de la creciente del río, entraba por ahí y luego se iba por todo lo que antes era la calle del águila, no sé ¿como se llama ahora?

- La calle Independencia, ¿Por qué era la calle del águila?

- Es que antes se llamaba así, por que mero en la esquina había un señor que era cazador y tenia un águila en su jaula que todos veíamos desde afuera cada que pasábamos por ahí, pero ya le cambiaron el nombre y la modernizaron, pero yo le sigo diciendo la calle del águila, entonces le decía, ahí por la calle del águila, el agua se iba todo derecho hasta que topaba con la loma de la parroquia, ahí se paraba y empezaba a entrar por las otras calles que salían a la del águila, entonces por todas esas, que son 6 calles entraba el agua y luego empezaba a acumularse otra vez en esta otra que era la calle del perro, esa si no sé por que le decían así, pero todos la conocíamos como la calle del perro, que no sé si sepa, pero antes era el doble de ancha, y estaba un poco más baja que las otras, era como una cueva y ahí se acumulaba el agua, hasta que se llenaba entonces es que pasaba a esta parte de aca, igual, por las callecitas que salían de esta, que es la calle del parque a la del perro, por todas esas es que se metía el agua a esta área y luego ya le seguía sin parar hasta que llegaba a la loma de las 3 cruces, ya ve usted que esa loma daba toda la vuelta a esta área y protegía la otra parte de la ciudad, pues ya, una vez que llegaba ahí entonces empezaba a subir y subir y ya, no crecía mas que al cuarto escalón de aquí, de su casa, pero allá del otro lado en la calle del perro si era mas agua la que se acumulaba por que le digo, era mas baja esa calle y como una cueva, por eso, fíjese usted, todas estas calles se convertían en canales que se podían navegar en los cayucos de la gente, mi papacito tenia uno que solo él usaba y nomás para ir a comprar al mercado allá del otro lado de la loma de las 3 cruces y nos subíamos a el solo cuando había creciente, los domingos que íbamos a la iglesia, nada más, por eso eran más anchas las calles así podían pasar bien los cayucos, era como esa ciudad de allá, como se llama, la de los canales

- Venecia

- Ándele, era como Venecia. . . entonces, ya una vez que bajaba la creciente nos salíamos a limpiar la basura de las calles y listo, seguíamos como siempre, nada de ayuda del gobierno, o salirnos a los albergues nada de eso señor, por eso ahora mire usted, como me da tristeza ver todas esas casas que tiraron en esta calle y en las otras de esta zona, como derrumbaron para construir nuevas y modernas y todo eso, ahora se quejan de que se les mete el agua a su casa, pero es que tampoco respetaron lo de antes, luego taparon la entrada de la creciente cuando hicieron el puente del pescador, creyeron que así ya no habría mas crecientes, pero fue peor por que ahora el agua buscaba su cauce y entra por todos lados y ya no les da tiempo a los que viven a ras de calle de salvar sus cosas, pero es que también ellos tienen la culpa, por tumbar las casas viejas y hacer esas nuevas que tienen ahora, luego cuando le quitaron una parte a la loma de las 3 cruces, quesque para un puente pa’ los carros ahí permitieron que el agua se siga y ahora también inundó el centro de la ciudad por que ya no tiene tope y se sigue de largo, antes nomás se quedaba en esta área, pero ahora ya no, ahora se sigue de largo y por eso la creciente pasada se inundo casi toda la ciudad por que no supieron respetar la naturaleza, ahora sale peor, por que andan pidiendo ayuda de todos lados para curar algo que ellos mismo provocaron, pero bueno, allá ellos, por eso, mire usted, yo no he construido una casa nueva, esta que tengo será hasta el día que yo me muera ya si mis hijos la quieren tumbar, pues ya será problema de ellos, pero ya se los dije, ya les explique por que esta así la casa, a la mejor me entienden y la conservan, pero si no, pues ni modo, yo nomás le hacia su manita de gato, la pinto, la limpio y todo eso, pero últimamente ya no puedo hacerlo muy bien, por que, pues vea usted, que la edad no es en vano, pero mire joven, es la única casa que queda así en toda esta calle, ya la otra que era la de mi compadre Aristeo González, ya supe que sus hijos la remodelaron y construyeron a ras de calle, ahí cuando venga otra creciente van a ver como entra el agua en sus casas . . . la gente no entiende joven, a los más viejos nos tiran a locos, creen que por la edad que tenemos ya no sabemos lo que decimos, que ya desvariamos, pero no, se los decimos por que sabemos lo que vivimos y como son las cosas, quizás cuando todos ya sean ancianos nos entenderán, ¿no lo cree así joven?

- Si señor, tiene usted razón, por eso vine con usted para que me contara sobre esto, de su propia voz, y no lo que dicen los libros de historia

- Los libros son buenos, por que enseñan, pero algunos dicen cosas que no son, por eso es bueno platicarlo con la gente que vivió eso que nomás mencionan y dicen . . . Mire joven, todo esto que le digo, lo sabemos los que quedamos de aquella época, que ya somos pocos, y es que a la gente joven ya no le importa la forma de antes, ahora solo es comodidad, lujo y nada de respeto por las tradiciones y costumbres de antes . . . espero que todo esto le sirva para su revista y no se preocupe, no le voy a cobrar nada, solo quédese a comer.

- Esta bien, acepto su invitación a comer, muchas gracias

Solo sonrió al darle las gracias, me invitaron a pasar a la mesa a comer un delicioso mole de pavo que su esposa había preparado, sentados a la mesa fue como estar muchos años atrás y ver que en este pequeño lugar las cosas poco habían cambiado, era como una postal viviente . . .

Al cabo de un rato, me despedí de todos ellos, les prometí regresar cuando se publicara la platica en la revista . . .

Y así lo hice, dos semanas después, cuando se publico el articulo regrese nuevamente, a llevarle unos ejemplares de la revista donde además de su entrevista, estaban las fotos que tome . . . sin embargo al llegar la señora, su esposa, me dijo que solo 2 días después de nuestra entrevista, don Artemio Allende, había fallecido mientras dormía . . . no supe que decir, solo atine a expresarle mi sentir, luego le di las revistas que llevaba . . . ella lo agradeció mucho, me despedí y camine por la calle, volteo hacia atrás y esa casa que veo, se que desaparecerá pronto . . .




.

5 se animaron a refutar:

Eo dijo...

largooooo, pero interesante me recordo al centro del país con sus inundaciones

las tradiciones y costumbres desaparecen junto con nuestro nacionalismo, pero un molito nunca se puede rechazar jaja

Jaime Rivera dijo...

Mucho lo he pensado antes. Tanta gente que vive ahora en áreas que se inundan cada año, y no hacen nada. Y no me refiero tanto al gobierno, que no establece estrategias de crecimiento para los asentamientos humanos nuevos, lo cual ayudaría mucho, hablo de la misma gente que cada año tiene que evacuar o limpiar su casa y comprar muebles nuevos en lugar de mudarse a otro lugar o construir de manera diferente. Si yo estuviera muy arraigado a un lugar y cada año me inundara, ya habría comenzado a usar parte del dinero para reparaciones que normalmente tendría que gastar en modiicaciones anti inundación.

No veo otra razón para quedarse más que el arraigo a la tierra. La pobreza puede detener a alguien que quizá no tenga dinero para mudarse, pero si lo piensa bien, a la larga, sale más caro vivir en una zona así.

Lili dijo...

El post me recordó a mi abuelo; y los ya varios años que tengo sin ir a visitarlo.... además de la similitud por la manera que los ancianos tienen de contar "historias"...

Saludos!
XD.

El Belo dijo...

increíble. Me gustó. Ayer ví una película que no recuerdo como se llamaba y retrataba correctamente la vida de México de 1964.

Ahora tu relato me ha dejado sin habla. El final impactante.

Saludos.

Afasia Anómica. dijo...

Clap clap clap!!!
Me recordó muchísimas vivencias y personas de mi niñez en Mexico, algunas tenían que ver con la historia, otras no ( yo también conocía a un señor que tenía un águila).

Muy buen texto,siendo así valen la pena tus desveladas.

Saludos.

 
Copyright 2010 Este no es un blog filosofico . . .. Powered by Blogger Blogger Templates create by Deluxe Templates. WP by Masterplan

Modificado un poco por: Verdaderoyo ☂