De noche también vive Villahermosa
De forma silenciosa a la luz de lámparas aparecen personajes citadinos en una ciudad que al parecer no duerme.
Por: Juan Alejandro Jr.
Villahermosa, Tabasco
Cuando el día se va se va, también lo hace el grito de una ciudad ruidosa y en su lugar llega la noche que ofrece una vida discreta con el murmullo de voces diferentes en unas partes, mientras que en otras abunda el silencio bajo la luna de la ciudad de Villahermosa.
Un lugar muy público de día, pero tan poco conocido de noche es el mercado José Maria Pino Suárez, que al observarlo bajo su sistema de iluminación deja de ser esa figura gris y contaminada que muchos llegan a despreciar.
Y es que después de que la multitud ha abandonado el mercado y están en sus casas descansando, otros personajes invaden este sector popular, son pocos, pero ahora lo encuentran tranquilo, quieto e ideal para ellos.
Un indigente camina lentamente sobre la calle Bastar Zozaya y se acomoda en la cera de enfrente, entre los cajones de los boleros y zapateros, mientras lo arrulla la letra de una canción de ‘Chico Che’ que se oye a lo lejos y que surge del radio viejo de un velador del cárcamo, ubicado en la otra cuadra.
Más allá, sobre la avenida Constitución, la noche arropa a diversas figuras femeninas, de las que muchos oyen historias, pero nadie acepta conocerlas, y son las ahora llamadas trabajadoras sexuales. Algunas se ubican en una clásica esquina, en tanto otras esperan pacientemente a lado de un teléfono público, a un incauto perdido en la oscuridad, mientras son observadas muy de cerca por su manejador, quien es delatado por el humo de su cigarro.
Gastronomía nocturna
Pero la noche también despierta voces con frases como: “dos de asada y uno de tripa para comer aquí”, “qué refrescos tienes”, “dame dos de tripa para llevar, uno de ubre y tres de cabeza naturales...”, las cuales se escuchan claras, fuertes y animosas, porque no hay ruido, porque son únicos, porque la noche aún es joven.
Los tacos, los hot dogs, las tortas, las gringas y el clásico consomé de res, conforman el menú nocturno en una ciudad, que en su mayoría duerme, pero que en las calles más transitadas aún tienen vida, principalmente para los trasnochados.
El efecto embriagante de lo oscuro permite que las parejas se dejen llevar y sugieran su relación bajo un poste de luz pública sobre la avenida 27 de Febrero, y que durante el día tal vez sólo la mantienen con miradas lejanas, esperando con ansias que el día muera, para platicarle a la luna, pues saben que su relación sería reprobada por ser del mismo sexo.
Inerte bajo la luz del sol, la sensual figura de la Diana Cazadora se pierde en el paisaje urbano, pero durante la noche cobra vida y surge como si fuera una gigantesca copa de champangne, que embriaga la vista nocturna de la capital tabasqueña.
Dicen que la noche no enseña, si no que sugiere, resguardando así la intimidad de la ciudad, pero las vidas que sugiere lo hacen con su suave caricia en medio de la quietud y frescura de una noche nueva, que todos los días nace y muere en lugares tan públicos pero a veces pocos conocidos.
Ven . . . si quieren verla en la web del diario aqui el link . . . ¿Por que decia yo el titulo o lo primero que mencione de los sueños guajiros? . . . bueno, ya quisiera yo que me pagaran por escribir cosas asi en este diario tan importante . . . sin embargo mientras ese dia llega lean lo que escribo aqui . . . jajaja . . . creo que me falta mi dosis diaria de cafeina para recobrar el sentido comun . . .